Contemplación y Reflexión: Escuchar, Leer o Descargar

La búsqueda suprema del ser humano mientras esté en la Tierra es encontrar el Camino que lo llevará a la Vida Verdadera. Con el tiempo, se han escrito muchas parábolas, fábulas, himnos y poemas sobre esta búsqueda en un esfuerzo por encender en el ser humano un recuerdo que pueda conducirlo al deseo de recorrer el Camino de Retorno.

Todos anhelamos obtener paz, felicidad y tranquilidad en nuestra vida.

Hacemos todo lo posible por protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos de la posibilidad de un fracaso, de un conflicto o dolor, y garantizar así el poder disfrutar de dicha paz, felicidad y tranquilidad.
En ocasiones, empleamos nuestra energía para ayudar a los menos afortunados

El aforismo “Hombre, conócete a ti mismo” marca el inicio del camino liberador. Porque quien se conoce a sí mismo está “iluminado”. Para lograrlo, el ser humano debe alejarse de su pasado y volverse hacia el Alma.

Un verso de “La Aflicción del Alma”, de Hermes Trismegistos: “Si posees el verdadero conocimiento, oh alma, comprenderás que eres semejante a tu Creador; y desde allí, experimentarás la verdadera alegría”.

Las enseñanzas Universales tomaron cuerpo en las tradiciones espirituales que se adaptaron a la conciencia y al destino de la humanidad en un tiempo particular. Todas las tradiciones espirituales decaen debido a la disminución gradual de la atención en el aspecto interior, quedando un cascarón sin contenido real. Por lo tanto, una y otra vez, se necesitan nuevos impulsos espirituales para llevar a la humanidad hacia un nuevo estado de conciencia. Los misterios no se dirigen exclusivamente a religiones,

Vivir nuestras vidas en el aquí y ahora es verdaderamente importante. Hemos recibido nuestra vida para prepararnos para un rompimiento interior, para que la luz espiritual pueda penetrar más y más profundamente en nosotros. Esta luz nos hará conscientes de que somos parte esencial de un poderoso plan divino; conscientes de que nuestro ser más profundo es parte de una sinfonía celestial, de una danza cósmica y de una radiante alegría.

De Dios procede la Eternidad,
La Eternidad crea el Mundo.

El Mundo lleva su Tiempo,
El Tiempo sus generaciones.

En lo más profundo de mí ser hay un anhelo que no puedo describir... que no sabría cómo definir... Sólo sé que incluso si mis deseos y expectativas de vida se cumplieran, dicho anhelo seguiría presente... Siempre irradia en mí, como mi verdad interior más profunda: Como un destello, como una chispa de luz.

El silencio crea un espacio interior. Las grandes preguntas ahora son: ¿con qué llenaremos ese espacio? ¿Somos capaces de generar un verdadero silencio dentro de nosotros mismos? De hecho, ¿qué es realmente nuestro verdadero yo?

Parece haber una contradicción entre la contemplación - silencio y la autoactivación - acción, hecho. Pero los buscadores de la Verdad Eterna siempre centrarán la contemplación en el autoexamen para así prepararse para un nuevo modo de vida.

Porque la contemplación correcta siempre coincide con la intuición de que solo una nueva vida de acción puede llevarnos por el camino de la liberación del alma.

La Sabiduría Espiritual que yace en el corazón de todas las tradiciones religiosas, habla directamente al corazón de cada buscador de la Luz. Hoy nos gustaría compartir y reflexionar sobre una selección de historias tradicionales de todo el mundo que describen la concepción y el nacimiento del Alma Nueva. Cuando vemos a través la diferentes formas de expresar el Espíritu Universal, y encontramos el Espíritu Único en Todo, vemos en el corazón de nuestro propio Ser.

"Cuando abrimos nuestro corazón al silencio, redescubrimos en nuestro interior el secreto tanto tiempo escondido sobre la vida verdadera. Se trata del redescubrimiento del alma, del alma capaz de escuchar la Voz del Silencio.
Esta Alma divina es una dimensión oculta que yace en nuestro interior. Corresponde al estado espiritual que el ser humano poseía antaño, del que participábamos plenamente y que debemos redescubrir. Este es el verdadero sentido de nuestra vida, y es también nuestra misión."