Spiritual Contemplation
Pascua Espiritual - 8 - Jésus Apparaît aux Douze
Pascua Espiritual Español
DOMINGO DE PASCUA - DÍA 08 -
JESÚS APARECE EN EL TEMPLO Y A LOS DOCE
Capítulos 86 y 87 del Evangelio de los Doce Santos
Narración:
Narración 8 para la tarde del Domingo: La Liberación Del Ser Interior
Reflexión:
Domingo de Pascua - Reflexión 8 -
LA LIBERACIÓN DEL SER INTERIOR
Narración:
Narración 8 para la tarde del Domingo: La Liberación Del Ser Interior
Reflexión:
Domingo de Pascua - Reflexión 8 -
LA LIBERACIÓN DEL SER INTERIOR
Las siete etapas del misterio de la iniciación cristiana encuentran su culminación en la gloriosa resurrección. El alma ha superado definitivamente la resistencia natural de su discípulo, el ser terrenal, en el camino simbólico de Belén al Gólgota. El microcosmos se libera de la rueda del nacimiento y de la muerte porque ha surgido un cuerpo inmortal resucitado. El microcosmos está nuevamente ´´curado´´ y ahora cuenta con un instrumento que puede contribuir a la ejecución del plan divino de la creación. Lo que muere en el proceso llamado crucifixión, es la influencia de la personalidad terrenal en el Ser interior. El que se libera de su prisión, el que verdaderamente cobra vida, es el Ser interior. El ser humano ´´crucificado´´ hace lo que se requiere en el mundo material con plena conciencia y devoción a sus semejantes, pero no más que eso. Conoce el mundo y ya no se deja cautivar por él. Su conciencia es equilibrada, abierta, honesta y clara, y está constantemente consciente del Otro que vive en su interior. En el descenso de la cruz, se establece definitivamente la separación entre lo denso y lo sutil. Esta separación entre el cuerpo físico y el cuerpo resucitado, ya estaba preparada en el Huerto de Getsemaní. Y en la mañana de la resurrección, el primer día de la semana, María Magdalena y otras dos mujeres descubren que la piedra ha sido removida de la tumba. La tumba se encuentra en el jardín de José de Arimatea. José de Arimatea es el símbolo del ser humano que construyó el templo espiritual en su Ser interior y ha creado la copa que puede recoger la sangre de Cristo. Su tribunal es el microcosmos, que en el camino gnóstico es liberado de su encarcelamiento en el mundo material. El Evangelio de los Doce Santos nos dice: ´´Después de terminado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro llevando las especias aromáticas que había preparado, y había otras con ella. Mientras iban, se dijeron entre sí: "¿Quién quitará la piedra de la puerta del sepulcro?". Porque era grande. Cuando llegaron al lugar y miraron, vieron que la piedra había sido removida. He aquí que hubo un gran terremoto, y el ángel del Señor descendió del cielo, removió la piedra de la puerta y se sentó sobre ella. Su rostro era luminoso y su ropa blanca como la nieve, y por temor a él, los guardias temblaron y se quedaron como muertos. El ángel respondió y dijo a las mujeres: ´´No temáis, porque sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, como dijo. Ven a ver el lugar donde el Señor yacía. Id pronto, y decid a sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos; y he aquí que va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis; he aquí, os lo he dicho´´. Entraron y no encontraron el cuerpo de Jesús. Entonces María corrió y se acercó a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo: ´´Han sacado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde lo han puesto´´. Ellos corrieron y llegaron a la tumba, y mirando dentro, vieron las vestiduras de lino tiradas allí, y el sudario que había estado sobre su cabeza no estaba junto con las ropas de lino, sino doblado en un lugar aparte´´. El Evangelio de los Doce Santos 84: 1-7 En la noche de Navidad, la estrella de cinco puntas, el pentagrama, irradia sobre la gruta del nacimiento como la promesa de la venida del hombre liberado e invencible. El niño yace envuelto en pañales. En la mañana de la resurrección, esta promesa se hizo realidad: los pañales todavía están allí, pero el cuerpo resucitado del hombre nuevo es liberado de la tumba de su ser natural. La tumba está vacía. Pero el misterio de Cristo continúa: el cuerpo resucitado permanecerá unido el mayor tiempo posible al cuerpo físico del ´´alumno o alumna del alma´´. En cinco puntos: un punto en la cabeza, dos en las palmas de las manos y dos en los pies. Estos estigmas juntos forman el pentagrama radiante. Así como el nacimiento de Jesús no es un solo evento histórico, la resurrección no es un evento de una sola vez que podría haber ocurrido en cualquier vida en particular o una vez en un período de tiempo de la humanidad. Estos eventos ocurren en una persona cuando está madura para ello. La resurrección, la entrada a la Tierra Prometida después del éxodo de Egipto, ha estado sucediendo durante miles de años. La resurrección significa literalmente cruzar el umbral, la Pascua, la verdadera fiesta de Pascua. Y debido a que todo está conectado a todo lo demás por hilos invisibles, la resurrección no es solo para una sola persona, sino para toda la humanidad y para la Tierra. Cada ser humano que logra construir un nuevo cuerpo de alma en sí mismo, y por lo tanto es un José de Arimatea al servicio del alma, contribuye directa y concretamente a la resurrección del mundo y de la humanidad. Así, el ´´servicio a la humanidad´´ obtiene una nueva dimensión, la dimensión invisible del reino interior. Sin embargo, la resurrección no se puede acercar estudiando el pasado. La resurrección tiene lugar en el presente y no en el pasado. Y cuando tratamos de investigar el pasado, nos enfrentamos a nuestras ´´imágenes grabadas o ídolos´´. Estas son las imágenes persistentes que hemos heredado de la cultura cristiana externalizada o de nuestras tradiciones familiares. La resurrección siempre está en curso y puede ser que reconozcas algo de ella cuando leas o escuchas sobre ella como si parte de ella ya estuviera presente en ti. Esta presencia se conoce como ´´conocimiento de primera mano´´. Es la Gnosis. La resurrección es una fase en el desarrollo de la humanidad. Nos rodea como una nueva atmósfera, una nueva realidad beneficiosa. Todos los días respiramos en la resurrección. Ha estado ahí por un tiempo infinitamente largo, y está ahí porque pertenece a la humanidad. La resurrección es completamente una con el ser humano. Es su mañana y su hoy. Si queremos una descripción de la resurrección, está ´´llena de expectativas, llena de gloria, pureza, claridad, de ser humano´´. La humanidad es capaz de elevarse hasta ella. Hoy puedes probar y experimentar la resurrección. No se enseña en las escuelas ni a través de cursos. Pertenece a la mañana, al amanecer, a los éteres vivos que circulan a tu alrededor, los éteres que respiras para vivir. Para cada ser humano, la resurrección es el derecho a existir y es parte de nuestro derecho de nacimiento. La Biblia nos explica que ´´toda la creación espera ansiosamente la manifestación de los hijos de Dios´´, así como la resurrección. Si reconocéis este cosquilleo de vida, de promesa, que penetró en vuestra existencia para que cada célula vibre en su propia luz… bueno, todavía no ha pasado nada. Excepto esto: has experimentado el fundamento esencial de tu existencia. Es como una primera bocanada, el primer sabor de lo verdadero, la Gnosis Viva. Y esta primera bebida promete más. Nadie puede detenerte si quieres probar la Verdadera Vida. Nadie puede impedir que abras las puertas para el milagro. Nadie puede impedirte que muevas la piedra detrás de la cual está enterrado el Ser de la grandeza. Tan pronto como la fuerza del alma interior quiere liberarse de la tumba de piedra, la naturaleza no puede sostenerla. La resurrección es la razón de la existencia de la humanidad. Es la esencia del ser humano. Hace su vida radiante, dándole fuerza y coraje interior. Sin embargo, cada persona debe buscarlo por sí misma, debe desearlo por sí misma. La atmósfera de la renovación siempre ha estado ahí y es su derecho de nacimiento como ser humano. A veces lo saboreas, y luego es como una mañana de primavera en la temporada de Pascua, fresca, vigorizante, temblorosa con Vida reprimida. Es una promesa; la conocéis como una experiencia interior, como conocimiento interior, como la Gnosis.